“El poeta del pueblo murió con el corazón roto”!!
Durante décadas, Joan Sebastian fue sinónimo de éxito, romanticismo y poder en la música mexicana. Pero detrás de cada aplauso, había heridas que nunca cerraron.
Nacido como #JoséManuelFigueroa Sr. el 8 de abril de 1951 en #Juliantla, #Guerrero, creció entre carencias, caballos y guitarras. A los 17 años compuso su primera canción. A los 21 ya tenía claro que su destino no estaba en una oficina: sería trovador, y de los grandes.
Y lo logró. Ganó 7 premios Grammy y 5 Latin Grammy, vendió millones de discos, llenó palenques por todo México y Latinoamérica, y se convirtió en El Poeta del Pueblo. Pero el precio de su leyenda fue altísimo.
En 1999 fue diagnosticado con cá*er en los huesos. Luchó contra la enfe**edad por más de 16 años, con recaídas constantes. Aun así, nunca dejó los escenarios. Decía que cantar era su medicina.
Pero el golpe más duro no vino del cuerpo, sino del destino.
En 2006, su hijo Trigo Figueroa, de 27 años, fue as****ado tras un concierto en Texas.
En 2010, su hijo Juan Sebastián Figueroa también fue ase**nado, a bal*z*s, afuera de un bar en Cuernavaca.
Ambas pérdidas lo hundieron en un silencio distinto. Seguía cantando, pero su mirada era otra. En entrevistas dijo que el dolor nunca se va, solo se acomoda en el alma.
En sus últimos meses, su salud se deterioró rápidamente. Murió el 13 de julio de 2015 en su rancho en Teacalco, Morelos, rodeado por su familia. Tenía 64 años.
Ese día, México lloró. Miles de personas visitaron su tumba en Juliantla con flores, guitarras pequeñas y letras escritas a mano. Porque Joan Sebastian no fue solo un cantante: fue la voz de una generación, el refugio de muchos corazones rotos… y un padre que nunca dejó de cantar, incluso cuando la vida le quitó todo.