Después de 66 días reinicia sesiones el congreso local de Quintana Roo.
Después de 66 días reinicia sesiones el congreso local de Quintana Roo.
En medio de dispositivos sanitarios que incluyó la entrega de un kit de seguridad sanitaria, la toma de temperatura y la aplicación de gel antibacterial para cada uno, los integrantes de la Décimo Sexta legislatura rompieron la parálisis legislativa de 66 días que inició desde el 17 de marzo pasado cuando la presidenta de la Jugocopo, diputada Morena, Reyna Durán Ovando y los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y Movimiento Auténtico Social determinaron suspender en forma total las actividades en el Congreso local.
Luego del tiempo sabático por la parálisis legislativa de más de dos meses sin dar golpe, los diputados de la XVI Legislatura del Congreso del Estado volvieron a ocupar sus curules enmascarados y guardando su sana distancia por precaución al contagio del Coronavirus Covid-19.
Olvidándose de la codicia, deseo y avidez por desbancar a la diputada de Morena, Reyna Durán Ovando, para en su lugar poner a su compañero diputado morenissta, Alberto Batún Chulim, lo que en el papel pedía la mayoría de los pares el cambio en la coordinación de la bancada parlamentaria de Morena y, por ende, en la coordinación de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Jugocopo, –lo que quedó estampado en el papel.
El caso se disfrazó de la insensatez de los diputados de la XVI Legislatura a cambio de ejercer un engañoso influjo melifluo de cooperación con el Ejecutivo del Estado en el férreo combate contra el Coronavirus sobre los temas de necesidad económica para dar alivio a los quintanarroenses contagiados en el paso del letal virus y, de allí, optaron por reactivar la parálisis legislativa. Los diputados de casa se remiten al disenso de los extremos entre sacros y profanos.
La doble intención del engañoso juego del cubrebocas y caretas escenificando un saludable solidaridarismo para el liberalismo del embate del letal virus que está dañando a la gente quintanarroense contagiada por Covid-19, la pandemia que extenúa la vida, es lo que deja entrever las florecientes intenciones de los diputados y diputadas del Congreso del Estado.
Como si llevaran la voz cantante al apropiarse de la primera melodía con efectos melifluos electoreros, salieron a escena los diputados, -por orden de aparición-, Eduardo Martínez Arcila, del PAN, Gustavo Miranda García, del Verde, Edgar Gasca Arceo y Alberto Batún Chulin, de Morena y Roberto Erales Jiménez, del PT, con apostillas que se celebran a sí mismos por el retorno a las curules y solidarios en el combate al maligno virus.
Una reflexión con lo opuesto a la razón se distingue la poca factibilidad del retorno al recinto legislativo de los y las diputados a fin de superar la parálisis legislativa para habilitar ese instinto ambicioso de ruptura por alcanzar el mando de la Jugocopo con espíritu solidario con el pueblo, indispensable para librarlo de las fuerzas del mal.
Los y las diputadas de la bancada Morena nacieron en el desfase entre las posiciones y ambiciones en su arribo al Parlamento local en el pasado septiembre, verbigracia, desde el inicio de la XVI Legislatura la coordinación de la bancada Morena es sinónimo de la titularidad de la Jugocopo como uno de los principales tópicos que abordaron los que se han dedicado con esbozo porque no han legislado, -nada-, por andar buscando reflectores que les dé luz para estar en las boletas en el 2021.
La confabulación que exhibe el desempeño de los y las diputados de Morena con Edgar Gasca al frente, erudito Moreno ex priista, respecto a la ocasión que demanda capital político en la búsqueda de la presidencia municipal de Isla Mujeres en el 21 siendo tránsfuga de la institución a la que se debía, al PRI, lo que ahora le sirve como excusa para interponer aquellos defectos que interesaba denunciar y que ahora lo hace auspiciado por Morena.
Los demás diputados de prosapia variopinta no lo han interpelado, claro, es un brillante morenista dirigiéndose de las figuras perdidas de su época, mientras con artilugios y artimañas se sirve del fascinante cubrebocas el ahora Moreno con declaraciones flamígeras con largas lenguas de fuego.
Con los y las diputadas de Morena (seis de nueve) de su lado, al diputado morenista Alberto Batún Chulim, lo dejaron vestido y alborotado por el paso del Coronavirus, en el adeendum –agregado- dícese que un grupo de mayoría de la bancada Morena lo había designado su coordinador por lo que también fungiría como titular en la Jugocopo.
Ahora, la condición corona a la diputada Morena, Reyna Arelly Durán Ovando para que siga al frente de la Jugocopo dejando atrás la parálisis legislativa, lo que resume el retorno a las curules al lado de los diputados opositores y, se añade, la ligereza de la torpeza pasada suscitada desde el arranque de la XVI Legislatura en el Parlamento local –ya se encuentra en el olvido-.
En el vitral de la bola de cristal
A pocos días de iniciar el retorno a las actividades económicas, que el proceso deberá ser gradual para proteger la salud de la gente, advierte Carlos Joaquín.
“A pocos días de iniciar el retorno gradual a las actividades productivas, debemos tener claro que se hará de manera diferente, con las medidas de higiene y distanciamiento social, para proteger la salud de la gente y salvar vidas”, expresó el gobernador Carlos Joaquín.
El gobernador explicó que, en este momento, sólo están aprobadas actividades primarias como agricultura, ganadería, apicultura, pesca y acuacultura, y las que tienen que ver con la construcción.
Además, Carlos Joaquín dijo que ello podrá ponerse en práctica siempre y cuando se cumplan al pie de la letra y al 100 por ciento las medidas de prevención que cada una de las actividades debe tener.