Iguala orgullo de Guerrero
Iguala orgullo de Guerrero
Escribe: Ángel Aguirre.
Iguala tiene historia y motivos de orgullo para Guerrero, por lo que no me parece justo que ahora se le identifique con la tragedia por la desaparición de los estudiantes normalistas.
Yo la recuerdo con la pujanza de su comercio, por la productividad de su zona rural, por la artesanía y comercio de oro.
En febrero, la Feria de la Bandera daba un importante impulso a la economía de la región.
Al visitar Iguala, es menester degustar los famosos pichones que ahí se preparan; o disfrutar una rica nieve mientras caminas por el zócalo.
El árbol se conoce por su fruto, dice la cita bíblica. En ese sentido, Iguala ha sido fecunda en personajes que han brillado en los ámbitos nacional y estatal en diversas disciplinas: el doctor Guillermo Soberón Acevedo, ex rector de la UNAM; el abogado Píndaro Urióstegui Miranda, escritor y político que vivió en los ‘altos círculos’; Rubén “El Púas” Olivares en boxeo; el futbolista Miguel Ángel Carreón Dorantes, “El Iguala Carreón; Emilio Fernando Alonso Rubín (QEPD), cronista deportivo; el dos veces alcalde Lázaro Mazón; Silvia Romero destacada en educación y política, y Porfirio Camarena, líder sindical y agudo político; el “Caballero de la política”, licenciado Humberto Salgado Gómez, así como la reconocida pintora Irma Palacios Flores.
Iguala también dio cobijo a Elena Garro, considerada después de sor Juana Inés de la Cruz, como la mejor escritora de México.
Francisco Guerrero Garro, afirmó que “la obra de Elena Garro es Iguala, ella vivió aquí diez años y su principal obra “Los Recuerdos del Porvenir” con la que se inicia el realismo mágico en la literatura latinoamericana, es Iguala; no hay más que leer el primer párrafo… Aquí estoy entre estos cerros metida” (Escritos guerrerenses / Sobre Elena Garro en Iguala / Luis Luna / 21 de junio de 2010 / https://bit.ly/38EFRsj ).
Los igualtecos merecen que los gobierno estatal y federal dirijan su mirada y presupuesto para rescatar la grandeza, el potencial que los caracteriza, y se revertan carencias estructurales.
Por su cercanía con la Sierra de Guerrero, el valle de Iguala tendría que ser visto como la oportunidad de cambiar la historia de ambas regiones, impulsar una revolución productiva en el campo, sustituir cultivos; producir amapola con fines medicinales. Aprovechar la riqueza forestal de manera sustentable.
Yo creo que la realidad y el futuro se pueden cambiar si trazamos una hoja de ruta, si establecemos las vías para estas regiones resurjan.
¿Por qué no impulsar las agroindustrias y ganadería en la Sierra y la Zona Norte?, ¿por qué no rescatar el tren que conectaba la ciudad tamarindera con la región del Balsas y enlazarnos con el puerto de altura para dar salida a la producción?
En los albores del país, el presidente Porfirio Díaz impulsó la comunicación en México a través del ferrocarril y Guerrero no fue la excepción.
“El tren del Balsas llegó a ser parte fundamental del paisaje y de la vida cotidiana de varias generaciones de guerrerenses; en torno a él se tejieron historias, cantares y expresiones que todavía salpican el recuerdo.” ( El Ferrocarril de Guerrero – Iguala / Mediateca Guerrero, 30 de noviembre de 2016 https://bit.ly/3f9t3wx ).
Hoy nos invade la nostalgia al mirar el vagón de ferrocarril que descansa en una de sus calles.
Iguala ha sido sede de momentos fundacionales de la República y del estado de Guerrero.
A Iguala de la Independencia tambíen se le conoce como la cuna de la bandera, porque ahí fue confeccionado el primer Lábaro Patrio.
Como gobernador me tocó participar en construcción de la primera asta bandera más grande de México en ese tiempo.
Conocedor de la importancia de rescatar su legado histórico y mandé a construir el Museo de la Bandera.
Para modernizarla, edificamos un planta de tratamiento de aguas negras e impulsamos el tratamiento ecológico del río San Juan.
Así como la avenida Heroico Colegio Militar; ampliamos el hospital, y construirmos un mercado nuevo y una unidad deportiva de primer mundo.
En mi primer gobierno me tocó trabajar con el doctor Lázaro Mazón Alonso, con quien construimos una gran relación de cordialidad y respeto. Él era del PRD y yo de PRI. Luego lo invité a colaborar como secretario de Salud en mi segundo periodo.
En una ocasión (ya no siendo yo gobernador), acudió René Juárez a inaugurar una obra como mandatario estatal, y Lázaro Mazón le dijo: –Bienvenido señor gobernador Ángel Aguirre…
Ante su mirada sorprendida.
La política es así.